lunes, 14 de enero de 2008

Siete días en Mundra....

Seré breve y probablemente no conciso, lo cual a pocos importará, espero. El porque de la brevedad es que tan solo me dejan usar internet a partir de las cinco y media, y dados los horarios de aquí es una hora tardía, tan solo quedamos un socio y yo, y yo solo sigo aquí para escribir esto brevemente.
Mondragón no es un pueblo especialmente bonito la verdad, aunque tampoco lo conozco en profundidad, el trabajo bien, muy bien. Se nota que esta gente tiene cuartos, me tratan bien y lo que hago por ahora, algo relacionado con los molinos de viento, me gusta. Tengo ciertos problemas de idioma, a alguno le sorprenderá pero en mi área todo el mundo es euskeroparlante, incluso la maquina de café esta solo en euskera, pero que se le va a hacer, tres mujeres y once tíos esa es la proporcion nada diferente a lo que esperaba dada la varonil predominancia en esta rama de la ciencia que es la mía. Comemos al lado del trabajo en un comedor de la cooperativa, pues esto pertenece a MCC, y me pagan el 60% del menú por lo que como todos los días por unos tres euros, el problema es que a la una menos cuarto ya estoy tirando para allí... si, resulta de locos, pero es que hay gente que llega aquí antes de las ocho, yo no, y vienen de lejos, por lo que entiendo su hambre. El piso bien, vivo en la planta 17, nada del otro mundo y gente de los mas normal. La verdad es que no se porque escribo pues nada fascinante me ha pasado estos últimos días, a mayores de haberme ido a otra provincia, bueno si hay alguna novedad lo iré diciendo con calma y parsimonia.
Atentamente.